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Las torturas cometidas en la guerra de Ucrania y los ahorcamientos públicos de Irán nos recuerdan que nuestra especie, capaz de llevar a un ser humano a la Luna, no ha avanzado, ni remotamente, en otros aspectos. Moralmente seguimos siendo el animal que se complace en el dolor ajeno y que decreta sin piedad la muerte de sus semejantes. Somos un lobo para nuestros semejantes. A garrote vil expone el tema de la tortura y la pena de muerte desde los inicios de la Humanidad hasta nuestros días, incluyendo los instrumentos de tortura y las modalidades de ejecución que solo existieron en la fértil imaginación de sus creadores. El lector encontrará aquí referencias a la compleja técnica de la crucifixión (tan alejada de la idea que tenemos de ella); del empalamiento que hizo famoso a Vlad, el inspirador de la figura de Drácula; de la vesánica ejecución china de los cien cortes y, en fin, de las refinadas torturas ideadas por los nazis, algunas de las cuales siguen vigentes en numerosos regímenes policiacos actuales. Junto a las ejecuciones y a los tormentos el lector conocerá a los verdugos que los aplicaron, co
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